Día Mundial de las personas refugiadas
Cada 20 de junio se conmemora el Día Mundial de las personas refugiadas. A pesar del contexto de pandemia que vivimos, millones de personas siguen teniendo que desplazarse, arriesgando su vida. En Atalaya Intercultural somos testigos de la vulnerabilidad que sufren, y trabajamos para su acogida e inclusión. El pasado viernes parte de la familia Atalaya, hacíamos un acto en la puerta de la sede para sumar nuestro camino a la campaña de Caminos de Hospitalidad de las entidades sociales de la Compañía de Jesús, de la que formamos parte. Un gesto para demostrar de nuevo nuestro compromiso con y por las personas migrantes y refugiadas. Seguimos viendo la necesidad de apostar por una nueva Política Migratoria Europea que ponga a la persona en el centro, que ofrezca una mirada integral y corresponsabilidad de los estados miembros. Al mismo tiempo es importante que se faciliten vías legales y seguras, que garanticen derechos y atiendan a las realidades actuales de la movilidad humana.
Según datos ofrecidos por ACNUR, al menos 79,5 millones de personas en el mundo son desplazadas y se ven obligadas a huir de sus países de origen a causa de las guerras, persecuciones y pobreza. De esas personas al menos unas 26 millones son refugiadas, más de la mitad son menores de 18 años. Estas cifras vuelven a indicarnos que necesitamos avanzar juntos, buscando soluciones duraderas que nos ayuden a asumir el reto de las migraciones desde el respeto de los derechos humanos y la dignidad de las personas.
Europa ha vivido a lo largo de su dilatada historia importantes contingentes de refugiados, junto a una hospitalidad y acogida sin igual. Junto a esto, hoy se asiste a un contexto en el cada vez y con más frecuencia se alzan muros, se criminaliza a los defensores de derechos humanos, las políticas migratorias son más estrictas y aumentan los discursos de odio y las actitudes xenófobas. Todo esto tiene un impacto negativo en la sociedad civil, pero sobre todo en la vida de las personas refugiadas, porque deteriora la cohesión social y amenaza a nuestra humanidad.
Hacemos una llamada a los responsables políticos a buscar nuevas alternativas para ofrecer una acogida integral, respetando la dignidad de las personas, garantizando los derechos de las personas y facilitando vías legales y seguras de movilidad.
“Estamos llamados a soñar juntos. No debemos tener miedo a soñar y a hacerlo como una sola humanidad”, nos jugamos nuestro futuro, apostemos por gestionar la diversidad, trabajando por la inclusión, la integración de nuestras sociedades.