Trabajar juntos por las personas migrantes

Representantes de administraciones públicas, sindicatos y entidades pro-inmigrantes participaron ayer en el encuentro de Pastoral de Migraciones para valorar el trabajo de la Iglesia en este campo.

Generar espacios para la escucha y la participación burgalesa, entre creyentes y no creyentes y miembros de otras confesiones religiosas, es uno de los objetivos que se pretenden conseguir con la Asamblea Diocesana, puesta en marcha desde el pasado mes de septiembre. En esta línea, la delegación de Pastoral de Migraciones invitó ayer a representantes de diversos sectores de la sociedad burgalesa a participar en su XIV Encuentro Diocesano, que tuvo lugar en la sede de Atalaya Intercultural. Sonia Rodríguez (concejala en el Ayuntamiento de Burgos), Manuel Capilla (de Comisiones Obreras), Olga Aguilar (de Accem Burgos), Kenneth Okpara (de la Asociación de Nigeria) y Antonio Fernandez (Plataforma Burgos con las Personas Refugiadas) participaron en un coloquio en el que expusieron cómo, desde su propio cambio de acción, valoran el trabajo que está haciendo la Iglesia local en el ámbito de las migraciones y sugirieron algunas pistas para el trabajo compartido de cara al futuro.

Los representantes de las cinco instituciones subrayaron positivamente el trabajo asistencial y de acompañamiento que distintas instituciones de Iglesia –como Cáritas, Atalaya, la Casa de Acogida o la delegación diocesana de Pastoral de Migraciones, entre otros– realizan con las personas migrantes. Agradecieron la «profesionalización» de los servicios prestados y la «credibilidad» que muestran en sus acciones y estudios sociológicos, sin olvidar las labores de concienciación y sensibilización a la sociedad sobre la cuestión migratoria, como los círculos de silencio y otras actividades en colegios o parroquias, así como el «trabajo en red» que se realiza con distintas entidades y administraciones públicas. Por otra parte, aunque reconocieron no atreverse a señalar alguna «sombra» de la misión que realiza la Iglesia en la materia, sí sugirieron una mayor «denuncia comprometida» que pudiera forzar ciertas medidas políticas o lograr una Iglesia en la que «todos remaran por el bien común y no solo algunos cristianos».

De cara a propuestas concretas, los cinco representantes valoraron la capacidad de colaboración mutua pues, dijeron, «les aúna el mismo deseo de justicia social». También abogaron por algunas acciones específicas, como «leer los programas políticos en materia internacional y sus propuestas migratorias», colaboraciones puntuales a la hora de planificar los próximos círculos de silencio o promover gestos concretos que ayuden a los migrantes llegados a España poder convalidar sus estudios con facilidad y favorecer su integración en la sociedad y en la misma vida de la Iglesia.

Tras las intervenciones se abrió un diálogo entre los presentes, entre los que se encontraban varios agentes que trabajan en la pastoral de migraciones en distintos ámbitos de la Iglesia en Burgos.

Las personas antes que las fronteras

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